martes, 11 de diciembre de 2012

Enseñanza, la asignatura pendiente



El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ha dado a conocer hoy un estudio del IEA (International Association for the Evaluation of Educational Achievement) que muestra que los alumnos españoles con una de edad de nueve años (es decir, en cuarto curso de primaria) están por debajo de la media de la Unión Europea y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en las materias de Lectura, Matemáticas y Ciencias.

Estas pruebas son muy similares a las de PISA, las competencias escogidas para hacer el estudio son las mismas, pero la edad varía, siendo de quince años todos los adolescentes escogidos para participar en el estudio de PISA. Los resultados tampoco varían apenas los unos de los otros, y es que según este tipo de estudios la educación española está a la cola del ranking europeo.

Es una realidad que España está a la cola en lo que a enseñanza se refiere. Pero, ¿quién es el culpable? Este tipo de estudios hacen evaluación del nivel de aprendizaje y de las habilidades de los estudiantes, pero no se ha hecho ninguna evaluación acerca del sistema de enseñanza español, de cómo ejercen los profesores y qué habilidades y destrezas se requieren para ser profesor en España.

Nadie quita responsabilidad a los estudiantes ante estos datos, pero sí es verdad que desde los primeros cursos los profesores tienen que motivar a los alumnos e impartir metodologías que hagan de cada clase y de cada materia algo atractivo y dinámico. Más aún en las etapas obligatorias de la educación, en la que la forma y las metodologías de dar las clases un profesor pueden llegar a influir mucho en un alumno en la etapa de la niñez o de la adolescencia.

En España, para ser profesor hay que pasar unas oposiciones en las que se evalúa el nivel de conocimiento del profesor respecto a la materia que impartirá en un futuro, pero poco hay acerca de cómo tratar a los alumnos, la psicología que hay que tener con ellos. Y esa es una de las cosas fundamentales para poder impartir una clase como se merece. Saber hacer que a los alumnos les interese la materia que se imparte y saber atender cada caso, porque cada persona requiere unas necesidades.

En un sistema de enseñanza en el que las clases están masificadas, los profesores están sobrecargados de trabajo, y para colmo muy pocos de ellos tienen vocación, el impartir una clase se convierte en poco menos que una locura.

La enseñanza no es solo cosa de los profesores, también los padres y tutores deben educar a los niños desde pequeños a adquirir una responsabilidad y unos deberes. Pero nos encontramos en una sociedad en la que los padres apenas tienen tiempo para dedicarle a los niños y le otorgan toda la responsabilidad al profesorado.

Así pues, nos encontramos en un escenario en el que los profesores no ejercen por vocación y no se sienten en el deber de inculcar los valores de estudio y responsabilidad a los alumnos y en el que los padres apenas pasan tiempo con sus hijos. El saber estudiar y el ser responsable es una cualidad que debe cultivarse desde pequeño con el apoyo tanto de profesores como de tutores, lo cual requiere un tiempo y una dedicación que nadie ofrece a los pequeños. Crecen así los chavales sin haber adquirido esa responsabilidad desde que empezaron a ir al colegio. Los profesores llegan a las clases, dan el temario y se marchan, sin más. Pero luego todos los estudios caen sobre los alumnos.

Me pregunto si el motivo de que España esté de los últimos puestos en todas las materias es sólo cosa de los estudiantes.


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